El 19 de marzo de 2020 cerramos nuestras puertas por primera vez en más de 40 años. La pandemia nos tomó por sorpresa y nos enfrentó a un mundo incierto, sin planes ni control. En medio del temor, elegimos confiar: no suspendimos contratos, mandamos a nuestros colaboradores a casa con la esperanza de volver. Pero al ver que la pausa se alargaba, decidimos actuar. Un pequeño grupo de trabajadores se ofreció como domiciliarios, y el 3 de abril empezamos a enviar nuestros helados a casa. Así nacieron nuevos caminos: el Camión Heladero, el Centro de Servicios, y una red de entrega que llegó a donde antes no habíamos podido.
Fue un tiempo difícil, pero nunca perdimos la fe. Nos reinventamos, no solo para seguir, sino para crecer con más fuerza y más amor que nunca.